Día del orto. Mal predispuesto, mal... mal todo, maaaaaal. Para el culo. Me volví a frustrar, me volví a estresar, y me volvió el miedo de que todo se vaya al carajo. Y empezando a ver para atrás, tengo miedo de no haber disfrutado los preparativos de mi fiesta lo suficiente. Encima, me veía fea, así que no había forma de que todo salga hoy. Sí, esos días son los peores, cuando el espejo se llama enemigo.