15.1.13

Me cuesta aceptar el que te hayas ido. No puedo, mi alma no me lo permite. Lo recuerdo y me caigo a pedazos, y cuanto más lo pienso más quiero escaparme. Como si irme a donde mierda fuera cambiase el hecho de que vos ya no estás. Intento no ser egoísta y no decir que te extraño, porque sería una mierda de mi parte. Vos seguro estás bien, estás con Mimi, estás cuidada, peleando seguro (como siempre te gustó) y contenida, llena de amor. Y ya no sufrís. Me reconforta eso, y el saber que jamás vas a dejarme, porque todo lo que me diste queda.
No puedo evitar necesitarte igual. No entiendo que nunca más va a sonar el teléfono y va a decir "abuela" o me vas a romper tanto las pelotas con que no salga, o que no vas a joder a mamá diciéndole que no me deje sola un domingo.
Seré eternamente la nieta de Fortuna para todos los del barrio. Y es el orgullo de mi vida, en serio. Estoy TAN orgullosa de haberte conocido, espero que lo sepas. Extraño desesperadamente tus "hola, mi amor", tus abrazos, tus quejas. Extraño todo lo que me dabas todos los días. Vivir el tiempo que sea que me quede en este mundo sin vos a mi lado, sin VOS, que fuiste como mi segunda mamá, me punza el corazón en lugares que ni siquiera entiendo.
Sólo sé que voy a hacer la intérprete que te prometí que iba a ser, voy a ser tan exitosa como vos siempre quisiste que sea, y vos vas a estar orgullosa de mí. Vas a mirarme desde arriba y me vas a dar fuerzas como siempre lo hiciste. Espero cumplir con ésto.
De cualquier forma, recuerdo que una vez te dije que soñaba con llegar a mis 15 y hacer la fiesta y dedicarte una vela, y puta madre que no me arrepiento de eso. Igual, te llevaste las recetas de las comidas con vos. ¿Ahora quién va a cocinarme tan rico y cumplir mis caprichos gastronómicos?
No importa donde estés, qué pase con vos después de la vida, yo te voy a recordar siempre. Me hacés bien, como siempre lo hiciste y siempre lo harás. Te amo eternamente, abuela.