11.5.14
Hay días en los que mi verdad me oprime el pecho y no sé cómo dejarla salir. No es que no quiera dejarla salir a jugar con tus líneas, pero todos sabemos de tu necesidad de no cruzar los bordes a la hora de dejarme pintarte. A veces no me es suficiente y quiero usar el arcoiris entero para llenártelo de nuevos colores, y que esos putos momentos tan grises se colmen de brillo. Tampoco puedo jugar siempre a callar, mis dedos deciden dibujarte a veces y espero que no te olvides que si lo hacen es porque vos se los permitiste. Y si te pinto paisajes tan hermosos es porque te acordás que prestarme tus crayones te da esa satisfacción que uno tiene cuando es chico y dibuja, liberando a cada trazo un pedazo más del alma.