El amor es increíble, inconstante, el amor es invisible a los ojos del que no quiere verlo. El amor es una pérdida de tiempo, y todo tu tiempo vive por el amor. Es una ráfaga de viento yendo en dirección a tu alma, es saber lo que vivís pero no entenderlo. Es hacer lo que podés pero no lo que querés. El amor es simplemente eso. O mucho más. Es tanto, no es nada. Es vivir en una nube y disfrutarlo; caerte, ir a buscarlo y volverlo a tirar sabiendo que querés que se quede con vos, pero sabiendo que necesitás que sea así, dejarlo y volver. Amar es explayar el amor más allá de tu alma, esparcirlo sin importar las consecuencias. Es sentir distinto, incomprendible y únicamente, sentir que nadie te entiende, que nadie siente lo mismo. Amar es sentir algo nuevo cada vez que ves a los ojos de esa persona. Amar es odiar el no tener control sobre vos mismo. Todo eso es el amor, por lo menos para mí, es una mezcla de sentimientos encontrados, es un candombe del alma y del corazón, de la cabeza. Son los cinco sentidos revueltos por un remolino que sacudió tu mundo. Es ser inconsciente, y es disfrutar serlo.