22.11.12

- Es como si me sintiera ir cayendo en una trampa donde voy a perderme. Y sin embargo, ¡quiero caer! ¿Por qué esta noche es todo tan distinto? ¿Por qué el primer día el más fuerte era yo, y ahora toda la fuerza la tienes tú?
- ¡Sálvate de mí, Pablo! ¡Todavía estás a tiempo! 
- Es inútil; ya no puedo volverme atrás, y aunque pudiera no lo haría. Tú que lo sabes todo, ¿qué es esto que estoy sintiendo al mismo tiempo en el alma y en la raíz de la sangre?
- No sé... Ojalá sea lo mismo que estoy sintiendo yo.
- ¿También a ti te tiemblan dentro las palabras antes de decirlas? 
- También.
- Pero entonces no hay solamente dos cosas Además de Dios y de la Muerte, ¡hay una tercera cosa que hace temblar la garganta del hombre!
- ¡Sí, Pablo; hay un tercer misterio, que es un poco como sentir a Dios y un poco como sentirse morir!
- Dime esa tercera palabra. Quiero oírtela a tí
- No hace falta, querido. Esa tercera palabra, cuando es verdad, es mejor decirla en silencio...