12.2.10


Un Dios triste y envidioso nos castigó por trepar juntos al árbol y atracarnos con la flor de la pasión, por probar aquel sabor. El agua apaga el fuego y al ardor los años, amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño.Y cada vez peor y cada vez más rotos y cada vez más tu y cada vez más yo, sin rastro de nosotros.